¿La panacea a través de la alimentación?

Ago 28, 2012   //   by Nuria Ros Cubel   //   Artículos  //  Sin comentarios
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No vamos a entrar en polémicas absurdas y resulta más que adecuado el cuidar el propio organismo con la alimentación más conveniente y sana para el mismo, hecho que repercute positivamente en el bienestar de la persona. Ahora bien, ¿cuál es la pauta más conveniente para ello?

Estamos inundados de información variopinta de prensa, cursos, charlas, libros de autoayuda, gente más o menos profesional, conocidos y no tanto que les “ha ido de maravilla, esto o lo otro”, internet, personajes y personajillos que ofrecen las soluciones mágicas con magnífica oratoria y presentándose ellos mismos como el ejemplo empírico de su método, preferiblemente patentizado. Obviamente existen profesionales serísimos en el campo de la nutrición y muchas personas que acuden a ellos buscando la pauta mejor para su individualidad singular.

Cada vez más encontramos personas con una obsesión excesiva y restrictiva en el seguimiento de lo que valoran “la alimentación sana”, vamos lo que se viene llamando ortorexia. Llegan a conductas extremas, incluso de aislamiento social o una restricción muy grande donde sólo son admitidas aquellas personas que tienen el mismo código, consideremos que una de las más populares maneras de sociabilizar es la comida. Habitualmente la persona que padece ortorexia suele tener niveles altos de dopamina y niveles bajos de serotonina.

Los llamados “mensajeros alegres” del sistema biogenético de ánimo-endorfina, o sea la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, son neurotransmisores de los cuales sólo destacaremos su suma importancia en nuestro estado de ánimo, sin entrar en detalles técnicos y científicos muy complejos y que aquí no ha lugar.

Cuando una persona padece depresión también tiene un bajo nivel de serotonina y además de la ayuda psicológica, también le beneficiará una adecuada alimentación personalizada para aumentar esa deficiencia en serotonina. Como bien sabían los clásicos mente y cuerpo son un todo y no una separación.

Son muchos que desconocen que la serotonina además de en el Sistema Nervioso Central en casi el 90% se halla en el tracto gastrointestinal y su principal almacén son las plaquetas en la circulación sanguínea. ¿Les ha sucedido sentirse de “bajón”, desanimados, apáticos… y buscar con más deseo alimentos ricos en hidratos de carbono, dulces, chocolate…? Seguramente la serotonina había bajado su nivel en sangre. Resulta que esto descrito no es ocasional, sino habitual, plantéese que tiene un problema con la recaptación de la serotonina y que además el aumento de peso sólo hace que empeorar su estado de ánimo y su autoestima. ¿Sabe que la serotonina representa un importante papel como neurotransmisor en la inhibición de la ira, la agresividad, la temperatura corporal, el humor, el sueño, el vómito, la sexualidad y el apetito?

La dopamina, que no hace más de cincuenta años que se la descubrió, es un neurotransmisor relacionado estrechamente con el desarrollo de las adicciones. Asociada a los mecanismos de recompensa del cerebro. Las drogas como la cocaína, el opio, la heroína y el alcohol promueven la liberación de la dopamina, al igual que lo hace la nicotina.

Cuando la función de la dopamina disminuye también disminuye la función de la endorfina. Existe un camino en común para todas las adicciones. La ruta que se crea en el cerebro no tiene relación con los efectos que causan las diferentes drogas en la persona. La adicción es algo aparte y ajena a la actividad o sustancia que la produce.

Drogas y actividades precipitan una señal química en la materia gris que llega a la parte frontal del cerebro. Esa señal causa siempre lo mismo: el flujo de dopamina en el cerebro.

Las neuronas de los adictos habituadas a una anormal y elevada cantidad de dopamina responden defensivamente y reducen el número de receptores dopaminérgicos.

Al parecer cambiar algunos de nuestros hábitos, realizar algún tipo de actividad física, siempre que no sea de riesgo o con exceso, y ser conocedores qué tipo de alimentación es la idónea para cada uno de nosotros nos puede ayudar a tener un buen equilibrio entre nuestro nivel de serotonina y de dopamina. Aunque no sea la solución mágica para los casos patológicos, los de personas con fuertes adicciones o para aquellas personas con problemas disfuncionales orgánicos y con trastornos, que necesitarán tanto ayuda psicológica como médica, si el ser conocedor de cuáles son los alimentos convenientes y adecuados pueden mejorar la solución o como mínimo mejorar la calidad de vida.

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