¿Qué es ser varón hoy día y cómo se vive la masculinidad?

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Hace décadas que se estudia la complejidad de ser varón en nuestro mundo actual, donde al parecer muchos de los antiguos privilegios han caído.

¿Cuántos son los conocedores que para nacer con sexo masculino es una “lucha” desde el inicio en el útero de la madre?

Piensen dentro del seno de su propia familia, ¿quizás han percibido más “exigencias” de representación, de legado que sobre las mujeres de su entorno? ¿Se expresan libremente y son conocedores de sus propias emociones o por el contrario es un campo restringido e ignoto?

Con bastante frecuencia se ha admitido cierto tipo de agresividad como adecuada, entendiéndola como una herramienta útil para abrirse camino, hacerse respetar y conseguir poder en un mundo competitivo.

Y aunque las campañas contra la violencia son cada vez más habituales, no decae la educación en el varón, ( y añadir que ahora también en la mujer, para que se ”haga valer”, tildándole desde niño de “flojo” sino destaca por sus actividades y capacidades de respuesta.

¿Se han planteado en alguna ocasión que muchos varones expresan su vulnerabilidad emocional a través de la rabia y canalizan su necesidad de cuidados y afecto mediante la sexualidad?

Además de los tópicos alrededor de ser hombre y mujer y el tan cacareado “imposible” entendimiento entre ambos,
¿es realmente idónea la relación entre los mismos hombres compañeros, o emerge en excesivas ocasiones la homofobia y los estereotipos de papeles adquiridos?

¿Creen de verdad, o a lo mejor ni se lo han cuestionado que la vivencia de la identidad masculina es diferente según la orientación sexual?

¿Acaso los homosexuales no tienen en sus vidas un importante mundo de vínculos con lo femenino y son conocedores en su propia piel del rechazo de aquellos aspectos característicamente femeninos y de la homofobia?

Muchos interrogantes a responder y de los cuales reflexionar. Aunque no se expliciten los conceptos y ni tan siquiera se esté familiarizado con la terminología, son tantos los hombres y las mujeres, que sobre todo cuando entran en la etapa de intimidad de pareja (independientemente de la orientación sexual) topan con obstáculos, con confusiones, con problemáticas, que sus antepasados no se imaginaban ni por la “antecámara del cerebro”.

El hombre de hoy está frente a un cambio desde hace ya décadas, pero que no termina de cuajar, de un patrón que funcionó durante milenios.

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