Xenofobia (Diccionario Psicológico)
Jul 22, 2013 // by // Artículos, Diccionario Psicológico // Sin comentarios
Tanto si acudimos a la fuente de la antropología como a la de la historia de esta llamada humanidad,toparemos una y otra vez con una habitualidad de este fenómeno que analizándolo de la forma más aséptica, en caso de ser posible, es una defensa extrema con el intento de proteger a cualquier coste la propia “inseguridad” de una identidad flaqueante.
Como ya se sabe su manifestación más hiriente es la del racismo y aunque en el candelero principal destaquen determinados pueblos en la historia y algunos grupos ideológicos, no nos llevemos a engaño, es una inclinación mucho más extendida de lo que nos gustaría admitir hacia todo y todos que no se asemejen a lo que valoramos que nos es idóneo y perteneciente a nuestro medio.
Obviamente no quiero ni mucho menos decir que un genocidio en pro de la superioridad racial o religiosa sea comparable a las disputas por ver quien es “el mejor” entre dos pueblecillos limítrofes.
No, no, todavía tengo como mínimo sentido común, pero sí hacer notar que el germen abonado por el miedo y la inseguridad está presente en cualquier rincón y en nuestra naturaleza. Esa angustia a la “otreidad”, o sea lo que no soy yo o no se halla en mi entorno familiar nos acompaña desde el momento menos cero.
Por un momento reflexionemos cómo crecemos y dónde, irrelevante que punto del planeta elijamos para esta observación. Notaremos que todo ser humano para su desarrollo y formación de identidad requiere una afiliación y un sentido de pertenencia, aferrándose en su período de crecimiento a que es el mejor y que lo otro, lo que sea como mínimo, aún no definiéndolo como malo, diremos que es menos bueno que el propio. La persona se siente fiera y orgullosa de ser un miembro de determinada familia, grupo, pueblo, nación… Como podemos inferir es bastante sencillo que brote la semilla de la discordia.
Es un aspecto complejo porque está más que demostrado que para un adecuado desarrollo psicoevolutivo es necesario el arraigo pero aquí entra la necesidad educativa pedagógica, no instructiva, y de establecer el vínculo seguro con los niños para que crezcan con seguridad en sí mismos y un buen enfrentamiento de los miedos, que el ser diferentes no implica una distinción cualitativa dicotómica y excluyente, ni tampoco un peligro para la identidad.
La naturaleza es una óptima maestra porque ha creado la diversidad armonizándola en una paleta de colores múltiples.
¿Demagogia facilona? No. Aún en lo restringido de este texto exponer que no respiremos tan tranquilos pensando en que determinadas barbaridades las hacen otros porque resulten muy notorias y públicas, y más bien hagámonos conscientes con honestidad en nuestro día a día en cuántas ocasiones y quizás con pequeñeces, alimentamos esas distinciones que nos hacen sentir “superiores” a los demás concediéndonos refuerzo y “autoestima”.
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