Psicosis, Diccionario Psicológico

May 26, 2020   //   by Nuria Ros Cubel   //   Artículos, Diccionario Psicológico  //  Sin comentarios

De forma lega son muchos los que asocian psicosis con locura pero una definición más correcta del término sería la de una situación de enfermedad mental que presenta un desvío en el juicio de realidad de no confundir con la insuficiencia de juicio propia de la oligofrenia, o del debilitamiento que caracteriza a las demencias ni de la suspensión del juicio de los estados confusionales o delírium.

Antes de adentrarnos en la psicosis aclararemos el uso de tres conceptos clave que son el síndrome, el trastorno y la enfermedad y previo a ello definiremos síntoma. Un síntoma podría ser una señal de alerta de que un paciente puede tener su salud comprometida de algún modo, o quizás una forma de descartarlo.

Síndrome es un conjunto de síntomas que se dan juntos y que ya ha sido estudiado previamente y que, por tanto, ha sido identificado como un cuadro clínico vinculado con uno o varios problemas de salud. Así pues, en un síndrome hay una serie de síntomas que se dan juntos con mucha frecuencia.

El concepto de enfermedad, como el de síndrome, es una entidad clínica, y por tanto tiene que ver con los problemas de salud. La enfermedad debe presentar, además de uno o más síntomas, cambios reconocibles en el cuerpo o bien una causa biológica conocida (o ambos elementos). Es decir, que un síndrome, al ser esencialmente un conjunto de síntomas, no tiene por qué tener una causa conocida ni desarrollarse a la vez que alteraciones anatómicas. Así pues, algunos síndromes pueden ser la manifestación de una enfermedad, pero otros no, ya que sus causas pueden ser tan biológicas como, por ejemplo, sociales.

El ámbito en el que es más frecuente hablar de trastornos es del de la salud mental. Un trastorno mental suele ser entendido como un cambio desadaptativo (y, por tanto, problemático) que afecta a los procesos mentales. El concepto de trastorno sirve simplemente para describir las señales del estado de anormalidad y de alteración de la salud en el que se encuentra una persona, mientras que el de enfermedad señala una relación de causalidad, porque incluye las causas concretas (etiología) de la falta de salud. Un trastorno puede ser en realidad la consecuencia del hecho de habernos visto involucrados en un conjunto de situaciones ligadas al contexto en el que vivimos y que hacen que hayamos entrado en una dinámica de comportamientos que perjudican nuestra salud.

La palabra “psicosis” que proviene del latín y que se puede traducir como “alteración del alma” o “alteración de la mente” aparece a mediados del siglo XIX en el contexto de la Psiquiatría, acuñada por el médico alemán Karl Friedrich Canstatt. Unas décadas a posteriori los psicoanalistas empezaron a utilizar el concepto para describir los síntomas vinculados a la esquizofrenia.

La psicosis quedó establecida tanto en la Psiquiatría como en la Psicología como una condición por la cual la persona pierde la capacidad de percibir de manera normal lo que ocurre a su alrededor o en su persona, lo cual la lleva a adoptar comportamientos extraños, no convencionales o incluso peligrosos.

Cada persona experimenta de forma diferente la psicosis y hay que considerar que durante las etapas iniciales no siempre es posible poner un nombre concreto a la enfermedad. No obstante cuando una persona sufre una psicosis, se suele diagnosticar de una enfermedad psicótica específica, aunque sea de forma provisional hasta poder concretizar más el diagnóstico. Se habla de diagnosticar cuando se determina la naturaleza de una enfermedad basándose en los síntomas que presenta, los factores que han provocado su aparición y el tiempo que duran. Si es un primer episodio psicótico es especialmente difícil determinar con exactitud el tipo de psicosis, esencialmente porque en muchos casos se desconocen en gran medida los factores que la han provocado.

Entre los diversos tipos de psicosis están la inducida por tóxicos tales como el consumo de drogas o alcohol, o bien la abstinencia repentina tras un consumo prolongado. En algunos pacientes, los síntomas se resuelven rápidamente al desaparecer los efectos de la droga, mientras que en otros la enfermedad puede persistir a pesar de suspender el consumo. Cuando los síntomas psicóticos aparecen de forma súbita en respuesta a una situación de mucha tensión, como puede ser un cambio importante en las circunstancias personales o la muerte de un familiar puede darse una psicosis reactiva breve, no obstante los síntomas puedan ser muy intensos, la recuperación se produce en pocos días. En el trastorno delirante el síntoma principal son los delirios con la firme creencia en cosas que no son ciertas.

psicosis

También encontramos los síntomas psicóticos como consecuencia de lesiones o enfermedades orgánicas tales como traumatismos, infecciones o tumores, usualmente se presentan junto con otros síntomas específicos de tipo neurológico. En la enfermedad esquizofrenia los trastornos psicóticos presentan síntomas que persisten durante un período no inferior a seis meses. La duración y la intensidad de estos varían según el paciente. El trastorno esquizofreniforme se distingue de la esquizofrenia en que los síntomas persisten menos de seis meses. La psicosis en el trastorno bipolar representa el episodio más florido de una alteración del estado de ánimo más generalizada que se caracteriza por la alternancia de episodios de euforia y excitación (manía) y otros de desánimo e inhibición (depresión). Cuando se presentan síntomas psicóticos, éstos suelen estar relacionados con el estado de ánimo.

Así, en un episodio depresivo, el enfermo puede escuchar voces que le dicen que se suicide mientras que, en un episodio maníaco, puede creerse un ser con cualidades excepcionales capaz de realizar grandes proezas. En el trastorno esquizoafectivo se da la presencia simultánea o consecutiva de síntomas de un trastorno del estado de ánimo (tales como la depresión o la manía) y de psicosis. La depresión psicótica se caracteriza por una depresión aguda combinada con síntomas psicóticos, sin que en ningún momento de la enfermedad lleguen a aparecer síntomas maníacos.

Las causas que desencadenan los trastornos psicóticos son de diversa naturaleza, pueden deberse a una lesión cerebral, tener un origen genético, o ser de origen social. Se suele considerar la psicosis un síndrome más que una entidad nosológica diferenciada.

El término «psicótico» es a menudo confundido por el término psicópata, un trastorno de la personalidad sin relación alguna a la psicosis. Las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado.​ Estos síntomas pueden ser acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por dificultad para interactuar socialmente e incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.

Una amplia variedad de elementos del sistema nervioso, tanto orgánicos como funcionales, pueden causar una reacción psicótica. Esto induce al pensamiento que la psicosis es como un marcador de las enfermedades mentales, un indicador a considerar, pero no específico.

La psicosis puede aparecer como consecuencia de un gran número de enfermedades, tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el Alzheimer, el Parkinson, la sensibilidad al gluten no celíaco, la epilepsia o la esclerosis múltiple.

Hacia fines de siglo XX, con el auge del avance en genética se pretendió buscar una etiología biológica a las psicosis. En efecto, las investigaciones han encontrado una mayor actividad de la dopamina y de la serotonina, siendo que la mayoría de los antipsicóticos disponibles tienden a inhibir la actividad de dichos neurotransmisores.​

En la actualidad, mundialmente se acepta como sistema de clasificación nosológica al DSM 5, y como descripción clínico-psiquiátrica sigue teniendo peso la escuela alemana de Bleuler, Kraepelin y Kleist, y en cuanto a la descripción de delirios, la reseñada por la escuela francesa (con Gaëtan de Clérembault como mayor exponente).

Ahora bien son muchas las personas que tienen experiencias inusuales y de distorsión de la realidad en algún momento de sus vidas, sin por ello estar psicóticas ni siquiera angustiadas por las mismas. Existe cierta corriente de investigadores que argumenta que la psicosis no está fundamentalmente separada de una conciencia normal sino más bien es un ‘continuum’. Más allá de la posibilidad de que algunas personas sientan, perciban intensas distorsiones de la realidad como un hecho más de su existencia sin vivirlo como dolencia, los que sí padecen bien una enfermedad con manifestación psicótica o la psicosis como síndrome sí que sufren y requieren ayuda profesional.

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