¡Viva la depresión!

Oct 31, 2012   //   by Nuria Ros Cubel   //   Artículos  //  Sin comentarios

Valencia, 31/10/2012
Resulta incluso manido hablar de la depresión pero al parecer si siempre ha existido en los últimos años se ha convertido en la artista estelar como respuesta a las situaciones estresantes que esta “cosa” que se ha llamado eufemísticamente y ahora la denominan abiertamente crisis está provocando.

¿Cuántas veces en los últimos tiempos te escuchas a ti mismo decirte?: “no puedo más, no tiene sentido mi vida, no se por donde salir, no me apetece hacer nada, todo lo que intento sale mal, he perdido el interés por casi todo, no veo futuro, sólo quiero que esto acabe pronto”

Seguramente sin entrar en más profundidades de falta de seguridad, poca autoestima o carencia de amor por ti mismo, habrás empezado también a tener problemas somáticos, quizás dolores de cabeza, molestias gástricasalergiasansiedad no definida, dificultades para conciliar el sueño, o incluso ya te está afectando a tu vida sexual.

Te levantas por la mañana y en caso de que aún conserves el trabajo y la vivienda, con mucha probabilidad ya habrás sufrido los recortes, ajustes y anulación de proyección de futuro del momento que te hace sentir impotencia y desgana de iniciar tu jornada laboral aunque prima más el miedo a perderlo todo y no saber que hacer. Desde luego tu motivación y tus expectativas se han ido de vacaciones, que de otra parte son las únicas que te puedes permitir.

El cambio en tu existencia lo sientes como un tobogán anímico que no consigues encajar. Realmente necesitas ayuda psicológica pero de un lado no sabes como demandarla y de otro también consideras que tienes una dificultad añadida que es la económica. Al final te resulta más sencillo acudir a tu médico de cabecera y tapar el agujero con los convenientes psicofármacos, no resuelve el conflicto de fondo pero alivia.

Si además no tienes la “fortuna” de realizar un trabajo porque estás en la lista más popular y conocida en este país que es la del paro, es si cabe más fácil que acabes en el estado de autocompasión y de “víctima” de las circunstancias adversas, teniendo que recurrir a la acogida familiar y perdiendo tu autonomía e independencia. Es más que obvio que necesitas una reestructuración de tu vida y de ti mismo y de la ayuda profesional psicológica.

Nada en la existencia es blanco o negro, aunque lo parezca, y es precisamente en los momentos críticos, ya sean personales o sociales, cuando se llevan a cabo las grandes transformaciones y la flexibilidad de abrirse al cambio.

Si hallándose en un estado depresivo se realiza un encierro en lo que nos es conocido, supuestamente controlado y familiar sólo se obtendrá un mayor hundimiento. Aún pareciendo desatinado y cruel este estado de ánimo depresivo pide a gritos enfrentamiento y no ser sostenido por el entorno afectivo entre algodones por los cuidados recibidos.

La depresión nos informa sobre todo a nosotros mismos de cuáles son nuestros bloqueos, nuestros miedos, nuestras rigideces, de nuestra necesidad de integración y de adaptación.

Es tanto lo que podemos aprehender de nosotros mismos, para empezar saber pedir ayuda profesional psicológica sin pensar como primer impedimento el gasto económico. Se puede priorizar y llegar a acuerdos.

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